Martín Palermo

Nacio el 7 de noviembre del 73, en la ciudad de La Plata. Se inició en Estudiantes y de allí llegó al Boca de Veira. Vendido al Villareal, pasó por Betis y Alaves. Regresó al Xeneize a mediadios del 2004.

El Loco llegó a Boca precedido de su fama de goleador, por aquellos tiempos apenas superaba las 30 dianas y nos comenzó a seducir con su especialidad, los goles a River. El 25 de octubre, el día que se fue Diego, el Monumental fue sede de su primer gol bostero a los primos, en el mismo estadio donde ya los había vacunado con la camiseta pincha, festejo con sesión de yoga incluida.


Su registro en el Apertura 98 con 20 goles en 19 partidos en aquel equipazo de Bianchi, la obtención de su gol número 100 que casi no pudo disfrutar por que inmediatamente tuvo que salir lesionado, las vueltas olímpicas que dio con la camiseta de Boca, las lesiones, sus goles a River, los dos tantos al Real Madrid en la final del mundo, su golazo de chilena en la Bombonera ante Banfield , su enorme humildad y sacrificio para correrse de la escena e improvisarse como enganche cuando Tevez era el nueve y su transferencia apresurada al Villareal para escaparle al acoso de la prensa no futbolera tras su divorcio, fueron algunos momentos en la vida del jugador.


Este es un pequeño resumen en la gloriosa vida de Martín Palermo como futbolista de Boca. Podría estar horas y horas escribiendo esta carrera de película y que aún continúa. Su próximo objetivo es convertirse en el máximo golador en la historia del club.

Sin dudas un 9 de oro o simplemente, “el optimista del gol”

1 comentario:

Anónimo dijo...

Divino!!!se merece romper el record.